

Manzanilla La Kika
Color oro viejo, limpio y brillante. Intensidad aromática media-alta con notas de frutos secos y levadura, recuerdos a brisa marina con toques salinos y yodados. Notas de tiza, muy mineral, compleja y elegante. La boca es rotunda, seca, salina y a la vez muy fresca y ligera. Paso firme, envolvente. Frutos secos y notas tostadas. Perfectamente equilibrada. Muy larga y persistente.
La manzanilla imposible, al límite de la crianza biológica bajo eterno velo de flor. Dos años de crianza estática y 9 en criaderas. Representa la esencia de la albariza, de las soleras de botas centenarias y del cuidado y esmero en una bodega de Sanlúcar. El mejor de los vinos de Francisco Yuste en homenaje a su madre, Doña Caridad Brioso, conocida en vida como Kika.
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